¡¡¡Grrrrrrrrrrrrrrr!!!
He ahí tú: tendida sobre la cama, bajo la pacífica custodia de tres suaves paredes de plata.
Todo en ti es perfecto.
Tus ojos cerrados, música con que llenas mi alma; tus manos juntas como un rezo, que me regalan el apoyo de tu confianza.
Ni siquiera el más profundo sueño en el que ahora yaces es capaz de impedir (para mi gloria) que dos suspiros juntos se escapen por la silueta rosa de tus labios…
Todo en ti es perfecto.
Todo en ti…
¡¡¡Óscar!!!
¡A comer!
¡¡¡Grrrrrrrrrrrrrrr!!!
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Javier Garcés -